

A raíz de la tragedia dantesca que han vivido los neoyorkinos y el mundo entero, el martes 12 último, me he animado a
escribir estas notas de mi viaje último por las rutas de José Martí y Fidel Castro; de Máximo Gómez y el Che Guevara:
Cuba y República Dominicana, descubiertas por Cristóbal Colón en su primer viaje y bautizadas como las islas: La Juana y
La Española.
En efecto, mientras nos encontrábamos en el balneario de Varadero, a 146 Km. de La Habana, vimos en el canal del Estado
CubaVisión, en conexión con CNN, con estupor, asombro y rechazo las escenas terribles del ataque de las Twin Tower, en
el Trade World Center, de la ciudad de Nueva York, por dos aviones kamikases, que en el momento no se sabía de donde
provenían y quiénes eran los responsables de este crimen, que cegaba la vida de miles de inocentes, que viajaban en los
aviones y de los que trabajaban en las Torres Gemelas, la maravilla y símbolo de la tecnología norteamericana.
Esa misma noche, el Comandante de las Fuerzas Armadas de Cuba, Fidel Castro Ruz, en la parte final de su discurso por la
reapertura de la Escuela para la Formación de Docentes Primarios, leyó el pronunciamiento del Gobierno Cubano,
expresando su rechazo e indignación por los actos terroristas dirigidos contra las Torres Gemelas, el Pentágono, y
contra la Casa Presidencial de Camp David, en Pensylvannia, aclarando que su condena es también contra cualquier forma
de terrorismo haciendo alusión a los actos de terrorismo larvados en la tierra del Tío Sam contra el Gobierno Cubano.
Días después de la hecatombe, todos los diarios y televisoras del mundo han proporcionado información detallada de los
posibles responsables, de las motivaciones e impactos a nivel mundial del desastre. Ahora se sabe que el principal
sospechoso es el millonario árabe Osama Bin Laden, que posiblemente esté refugiado en el sur de Afganistán, protegido
por la organización política de los Talibanes, que se encuentran el poder.
La terrible tragedia de los Estados unidos es condenable y repudiable pero también es explicable. Para todo espíritu
democrático, cristiano, occidental y andino es inaceptable la insanía cometida por estos fanáticos mahometanos. Sin
embargo para ellos estos hechos son visto como parte de la guerra santa que deben librar contra Estados Unidos, a
quienes ven como el principal enemigo de los árabes y de la humanidad. El Corán, libro sagrado de los mahometanos,
considera que los luchen y mueran por defender los dogmas del islamismo ganarán el paraíso de Alá, el dios de los Árabes.
Lo que preocupa ahora a toda la humanidad no es el castigo que deben merecer los autores de esos repudiables hechos, que
han cegado la vida de más de 5000 personas de casi todas las naciones del mundo, sino la venganza que George W. Bush ,
con la connivencia de los aliados del Atlántico Norte, quiere infligir contra pueblos inocentes, cuyo pecado es la de
ser mahometanos y estar gobernados por una teocracia reaccionaria. El mundo , la humanidad sensata vive una tremenda
angustia, por la posibilidad de que los guerreristas del Pentágono, desaten un genocidio contra varios pueblos del
mundo, generando mas terrorismo de Estado, destrucción y miseria. América Latina y todo la humanidad espera de G.Bush la
respuesta de un estadista y no la de un pistolero del Farwest.
En nuestra próxima entrega haremos una crónica de nuestra visita a la Universidad de la Habana y a la primada de
América: La Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Abancay, 20 de septiembre de 2001.