

INTRODUCCIÓN
Muchos de nuestros lectores se preguntaran qué tiene que ver el escudero, de Don Quijote de la Mancha, universalmente
conocido como Sancho Panza, con el derecho, con la ciencia jurídica o la dogmática jurídica. Pues yo le diría que sí hay
mucha relación por cuanto al genial escritor español, Don Miguel De Cervantes Saavedra, autor de la obra cumbre de la
literatura española "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha" se le ocurrió convertirlo primero en gobernador de
la ínsula Barataria y luego en magistrado, juez, administrador de justicia, de aquel territorio inventado.
La historia de su buen tino como juez se desarrolla en el capitulo XLV, de la segunda parte de la hermosa novela,
precedidos por dos capítulos anteriores, en los que Don Quijote aconseja a Sancho Panza a cómo comportarse ante sus
gobernados, con humildad, modestia, buen tino, y con afán de justicia y a cómo gobernar su persona y casa. Valiosísimos
consejos, dignos de ser leídos por nuestros abogados juveniles y aun los cuajados, si no los hubiere leído, tan llenos
de sabiduría como el "Alma de la Toga".
Las historias que nos cuenta Don Miguel de Cervantes Saavedra son suficientes para considerarlo como el más grande
escritor español, del siglo de oro, porque combina la imaginación con la realidad, la filosofía con la vida. La grandeza
de su pluma radica en que inventa la realidad, le da forma de manera sencilla a través de personajes tan humanos como
Sancho Panza o Don Quijote.
Sin más preámbulos, transcribiré una de las historias que podría servir a los abogados de nuestros días, cómo resolver
una querella, que no faltan en nuestros tiempos, entre parejas disímiles.
LA HISTORIA DE LA MUJER CHURRILLERA Y EL GANADERO RICO
"Luego, acabado este pleito, entró en el juzgado una mujer asida fuertemente de un hombre vestido de ganadero rico, la
cual venía dando grandes voces diciendo: -Justicia, señor gobernador, justicia. Y si no la hallo en la tierra la iré a
buscar al cielo.!Señor gobernador de mi ánima!: este mal hombre me ha cogido en la mitad dese campo, y se ha aprovechado
de mi cuerpo como si fuera trapo mal lavado, y , !desdichada de mí!, me ha llevado lo que yo tenía guardado más de
veintitres años ha, defendiéndolo de moros y cristianos, de naturales y extranjeros, y yo siempre dura como un
alcornoque, conservándome entera como la salamanquesa en el fuego, o como la lana entre las zarzas para que este buen
hombre llegase ahora con sus manos limpias a manosearme.-Aún esto está por averiguar si tiene limpias o no las manos
este galán, dijo Sancho.
Y volviéndose al hombre le dijo que, qué decía y respondía a la querella de aquella mujer.El cual, todo turbado,
respondió:-Señores, yo soy un pobre ganadero de ganado de cerda, y esta mañana salía desde el lugar, de vender (con
perdón sea dicho) cuatro puercos que me llevaron de alcabalas y socaliñas poco menos de los que ellos valían; volvíame a
mi aldea, topé en el camino a esta buena dueña, y el diablo, que todo lo añasca y todo lo cuece, hizo que yogásemos
juntos; paguéle lo suficiente, y ella, mal contenta, asió de mí, y no me ha dejado hasta traerme a este puesto. Dice que
la forcé, y miente para el juramento que haga o piense hacer, y ésta es toda la verdad sin faltar meaja.
Entonces el gobernador le preguntó si traía consigo algún dinero en plata, él dijo que hasta veinte ducados tenía en el
seno, en una bolsa de cuero. Mandó que la sacase y se la entregase, así como estaba a la querellante; él lo hizo
temblando; tomóla la mujer, y haciendo mil zalemas a todos y rogando a Dios por la vida y la salud del gobernador, que
así miraba por huérfanas menesterosas, y doncellas, con esto se salió del juzgado, llevando la bolsa asida con entrambas
manos, aunque primero miró si era de plata la moneda que llevaba dentro. Apenas salió, cuando Sancho dijo al ganadero,
que ya se le saltaban las lágrimas, y los ojos y el corazón se iban tras su bolsa.- Buen hombre, id tras aquella mujer,
y quitadle la bolsa aunque no quisiera, y volved aquí con ella.
Y no lo dijo a tonto ni sordo, porque luego partió como un rayo, y fue a lo que se le mandaba. Todos los presentes
estaban suspensos esperando el fin de aquel pleito; y de allí a poco volvieron el hombre y la mujer más asidos y
aferrados que la vez primera, ella la saya levantada, y en el regazo puesta la bolsa, y el hombre pugnando por
quitársela; mas no era posible según la mujer la defendía; la cual daba voces diciendo:- !Justicia de Dios y del mundo!
Mire vuestra merced, señor gobernador, la poca vergüenza y el poco temor de este desalmado, que en mitad de poblado, que
en mitad de la calle me ha querido quitar la bolsa que vuesa merced mandó darme.-¿Y haósla quitado?, preguntó el
gobernador.- ¿Cómo quitar?, respondió la mujer; antes me dejara yo quitar la vida, que me quiten la bolsa. !Bonita es la
niña: otros gatos me han de echar a las barbas, que no este desventurado y asqueroso.!Tenazas y martillos, mazos y
escoplos no serán bastantes a sacármela de las uñas, ni aun garras de leones; antes el ánima de mitad en mitad de las
carnes.- Ella tiene razón dijo el hombre, y yo me doy por rendido y sin fuerzas, y confieso que las mías no son
bastantes para quitarsela; y dejóla.
Entonces el gobernador dijo a la mujer :-Mostrad , honrada y valiente esa bolsa. Ella se la dio luego y el gobernador se
la volvió al hombre, y dijo a la esforzada y no forzada: -Hermana mía, si el mismo aliento y valor que habéis mostrado
para defender esta bolsa le mostrárades , y aun la mitad menos, para defender vuestro cuerpo, las fuerzas de Hércules no
os hicieran fuerza. Andad con Dios y mucho de enhoramala, y no paréis en toda está ínsula ni en seis leguas a la
redonda, so pena de doscientos azotes. Andad luego, digo churrillera, desvergonzada y embaidora.
Espantóse la mujer y fue cabizbaja y malcontenta, y el gobernador dijo al hombre: -Buen hombre andad con Dios a vuestro
lugar con vuestro dinero, y de aquí adelante si no le queréis perder , procurad que no os venga en voluntad de yogar con
nadie".
COMENTARIOS
Como dice el mismo Cervantes Saavedra, en boca del Quijote cuando le da consejos a Sancho, no se necesita de ciencia
para hacer justicia sino buen criterio, capacidad de observación , lógica, valores y afán de justicia. Pareciera que el
derecho que nació como ius, es decir recto, derecho, correcto con los siglos se ha formalizado demasiado pero al mismo
tiempo se ha deshumanizado. Del derecho natural que practicaban los hombre de la comunidad primitiva, al derecho natural
de la sociedad civilizada de griegos y romanos se avanzó notablemente, desde el derecho natural objetivo que surgió con
la ley del talión, la ley de los diez mandamientos, las leyes de Licurgo o las de Solón, el ama sua, ama llulla, el ama
qella, de nuestros antepasados a la actualidad se ha convertido no en una ciencia sino, como decía J.V.Kirchmann, el
fiscal berlinés en 1847, en una tecnología jurídica, más sofisticada pero más alejada del fin supremo del derecho, que
es la justicia. Recordemos que la divisa de un buen abogado y por ende de un magistrado es :"Orabunt Causas Melius".
Creo que en el quinto centenario, de la publicación de "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", libro
fundamental de la lengua española y joya de la literatura universal, debemos volverla a releerla como en nuestros años
de juventud, no sólo para recrearnos sino sobre todo para hacernos una catarsis, una limpieza espiritual, de la enorme
basura contaminante de la civilización del siglo XXI.
Abancay, 14 de octubre del 2005.